La pregunta de oro...

“¿Cómo borrar las noches mal dormidas, el estrés y la frustración con el sueño del bebé de mi lista de preocupaciones de mamá?”

Si esa es tu pregunta, ¡este es tu lugar!

Presentado por:

KARLA MENDONÇA

Nutricionista desde hace 13 años, madre de 2 bebés dormilones y consultora del sueño por la IMPI (California - Estados Unidos). Creó el proyecto Bebé Dormilón con más de 400 mil seguidoras y ha estado ayudando a madres a brindarles noches tranquilas de sueño a sus bebés y a toda su familia.

La metodología presentada en este artículo ya ha transformado la vida de más de 9.000 madres (y futuras mamás) con sus hijos de hasta 5 meses.

Dado que la gran mayoría de estas madres…

Y principalmente...

Pero al aplicar nuestro método redescubrieron cómo era dormir por la noche para poder disfrutar momentos mágicos con sus pequeños durante el día, todo eso sin tener que dejar al bebé llorando.

Según la página Site Baby, el 87% de las madres relatan que sus hijos tienen problemas para dormir.

En ese mismo estudio se informó que 9 de cada 10 mamás se siente perdidas y ya no saben qué hacer para mejorar el sueño de su bebé.

Y cuando se les preguntó qué era lo que más querían, la respuesta fue:

“Quiero que duerma bien para que crezca y se
desarrolle normalmente, PERO NO QUIERO DEJARLO LLORANDO”.

Los estudios ya han demostrado que los niños que duermen mal tienen muchas más probabilidades de desarrollar falta de concentración, problemas de memoria, desarrollo cognitivo por debajo de lo normal e incluso obesidad (lo que trae consigo muchas otras enfermedades).

¿Y qué pasa cuando duermen mal? Durante todo el día se van poniendo más irritados, hiperactivos, molestos y dejan a toda la familia al borde de un ataque de nervios.

Si te encuadras entre el 87% de las madres que probaron métodos tradicionales para que su bebé duerma bien,

y terminaste frustrada y estresada, no te preocupes...

Existe un sencillo paso a paso para resolver el problema de las noches mal dormidas, los llantos, las rabietas, el estrés y principalmente la culpa que cargas por todo.

En este artículo del blog te voy a mostrar por qué los métodos tradicionales no funcionan, también te mostraré que NO HACE FALTA que dejes a tu bebé llorando.

Te mostraré cómo hacer que tu bebé (y toda la familia) realmente duerman bien, con un método que fui a buscar a EE. UU.

¿Estás lista? ¡Entonces adelante!

karla e famili ametodo que faz bebês de famosas dormir por mais de 10 horas é finalmente revelado na internet

Bueno, me llamo Karla Mendonça, soy nutricionista y consultora del sueño de bebés con formación en la IMPI (California).

Sin duda no soy adivina, pero sé que si estás aquí conmigo es porque seguramente:

Lo sé... ya no tienes fuerzas y seguramente no te quedan más opciones sobre qué hacer para que tu hijo y tu familia tengan una noche de sueño reparador.

Sé que idealizaste que serías la “madre perfecta”, pero a veces te descubres irritada con tu propio hijo, aunque sabes que lo amas incondicionalmente.

Y tienes miedo de que se convierta en un niño molesto, caprichoso y desatento más tarde...

Y que este problema se perpetúe en la infancia y la adolescencia, perjudicando para siempre su salud y desarrollo.

Y sé que a veces piensas: “Ojalá no fuera tan difícil...

Pero como te he dicho, soy una consultora del sueño, no una adivina.

Solo sé todo esto por mi experiencia ayudando a 9.000 madres que estaban exactamente así, en esta misma situación...

¡Como tú!

Y no fue magia.

Fue por medio de un método, un paso a paso específico para ese tipo de casos.

Un método práctico para hacer que tu bebé sea un Bebé Dormilón por la noche y esté tranquilo durante el día.

Este método fue creado teniendo en cuenta los mecanismos del sueño de los bebés y cómo se puede trabajar cada uno de ellos para lograr un buen descanso nocturno.

Así podrás entender la situación desde cero para aplicar la solución con confianza.

Y te garantizo que, como la mayoría de las madres a las que ayudé, podrás aplicar este método ya en los próximos 15 días y verás resultados considerables.

Incluso si tienes poco tiempo disponible...

Y para darte un ejemplo, quiero contarte una historia sobre una de las madres a las que ayudé y que me afectó mucho.

Una conmovedora historia que esta madre me permitió compartir con la esperanza de que otras madres puedan cambiar su vida, así como ella.

¿Esta historia se parecerá a la tuya?

Su nombre es Vanessa y era un domingo soleado con parrilla, piscina, buena música, familiares y amigos cuando empezó a contarme esta historia.

Un domingo como ese es el sueño de cualquiera para poder relajar...

Pero Vanessa no quería estar allí, quería estar en otro lugar.

Ni siquiera podía disfrutar el día con sus amigos.

Cuando fue al baño donde era la fiesta, se miró al espejo y se dio cuenta de que estaba hecha un desastre. Con ojeras, sin maquillaje, el pelo desarreglado... sin cuidados.

Solo quería estar acostada en una cama cómoda sin ningún ruido ni claridad que perturbaran sus sueños.

Por cierto, el sueño era una palabra que estaba fuera del diccionario de Vanessa hacía exactos 3 meses y 2 días... Y la razón de eso era una personita de poco más de 60 cm con ojos almendrados bellísimos.

Cuando estaba embarazada de Melissa, Vanessa solo pensaba en lo hermoso que sería todo, iba a ser todo perfecto cuando naciera.

Hizo planes y proyectó todas las situaciones por las que pasarían juntas como madre e hija.

Pero ella no había planeado esto:

su bebé sencillamente no dormía y no dejaba dormir a nadie en la casa.

Al salir de la fiesta ese domingo, Vanessa se subió al coche con Eduardo, su marido, y se encontraron atrapados en un embotellamiento por obras en la calle.

Normalmente eso sería motivo de enojo, pero esta vez fue un alivio. En esos 30 minutos detenidos en el tráfico, Vanessa pudo apoyar la cabeza contra la ventanilla y dormir.

Rezaba para que ese embotellamiento durara “solo cinco minutos más”...

Pero no duró mucho.

Considerando todo el sueño que había acumulado en esos 3 meses.

Se despertó con el balanceo del coche cuando entró al garaje, tomó a Melissa en brazos y se dirigió tambaleando a la habitación del bebé donde todavía tenía la tarea de darle la mamada de la noche para que pudiera dormir.

Y así estaba, entre dar de mamar y dormitar cada minuto, cuando Melissa finalmente se durmió.

Muy hábilmente, Vanessa puso al bebé en la cuna con el cuidado que solo una madre tendría y pensó que todo ese día de muchas actividades haría que Melissa durmiera como una piedra.

Era todo lo que quería: una noche de descanso continuo.

Miró su reloj, eran las once y cuarto de la noche. Ni siquiera pudo quitarse la ropa ni darse una ducha, tampoco darle un beso de buenas noches a su marido. Vanessa nada más se acostó y se durmió.

Pero pronto se despertó con Melissa gritando. Miró su reloj otra vez: eran las 3h35 de la madrugada.

Eduardo ya estaba de pie con el bebé en brazos: “Traté de hacerla dormir, ¡pero no se calma sin ti!”

De nuevo la rutina de la madrugada se repetiría. Melissa iría a la cama de la pareja y Eduardo dormiría en el sofá.

Y así pasaron otra noche. La pareja separada y Melissa despertándose varias veces.

El lunes por la mañana

Eduardo se fue a trabajar y Vanessa, que en ese momento estaba de licencia, fue a cuidar la casa y a su hija, que por cierto se había despertado antes de las 7 de la mañana.

Ese día la abuela de Melissa había prometido llevarla a caminar unas 2 horas a un parque cerca de su casa.

Vanessa me contó esta parte con lágrimas, es que cuando Melissa salía ella se sentía bien, no había llantos, ni gritos, ni estrés.

Pero tampoco tenía a su hija cerca...

Aprovechaba ese momento para dormitar en el sofá, aunque todo lo demás quedara sin hacer.

En esos momentos reflexionaba: ¿Qué había hecho mal para que su hija durmiera tan mal?

Había llevado a su hija varias veces a pediatras para ver si era normal.

Todos le decían que no pasaba nada malo...

Un médico incluso le dijo que era normal y que pasaría alrededor de los 3 años.

Pero él no se imaginaba que Vanessa no podía aguantarlo un día más... ¡Él no sabía lo que era ser MADRE!

Allí, en ese sofá, recordó el nacimiento y lo feliz que estaba de tener a Melissa en sus brazos por primera vez.

Pero a partir de entonces, no pudo recordar otros momentos de felicidad en familia...

Y eso la destruía por dentro, la hacía sentirse como la peor madre del mundo.

pior mae do mundo bebe dorminhoco

La maternidad le estaba resultando tan decepcionante que había renunciado a tener un segundo hijo.

Nada estaba bien: Vanessa estaba estresada y se desquitaba con su marido, algo que nunca había hecho antes de que Melissa naciera.

No alcanzaba a completar las actividades del día porque su hija no dormía de noche y por la mañana estaba muy molesta y estresada.

Ni siquiera podía hacer las actividades básicas. Dejaba de bañarse, de ir a la peluquería, de pintarse las uñas...

Dejó a un lado la pareja desde que Melissa empezó a tener problemas para dormir.

Y sabía que eso estaba afectando su matrimonio, Eduardo tampoco era el mismo con ella.

No era para menos. Además de la total frialdad con la que Vanessa lo trataba, también se estresaba fácilmente con él por todo lo que hacía y lo ponía a dormir en el sofá cada vez que Melissa se despertaba de noche (lo que ocurría casi todas las noches).

El día transcurrió, Melissa regresó con su abuela y Eduardo llegó del trabajo.

Ese día la pareja tuvo una gran pelea por cosas tontas y Vanessa sabía que su estrés era el culpable de eso.

Pero eso no era nada nuevo. Aunque su marido era muy tranquilo y ayudaba con todo lo que podía en la casa, Vanessa no tenía paciencia para nada de lo que sucedía.

Lo que la asustaba incluso a ella misma, que siempre había sido tan tranquila.

Parecía que había sido solo otra gran pelea que superarían más tarde.

Después de todo el ritual del sueño, Melissa fue puesta en la cuna y Vanessa se fue a la cama.

Pero como siempre, no duró mucho.

gritando de raiva bebe dorminhoco

Melissa se despertó gritando... Parecía que la cuna tenía espinas, nada más la ponía allí que se despertaba.

Eduardo, como siempre, estaba al lado de Vanessa para cualquier necesidad.

Pero en una furia repentina, como si todo el estrés ya no tuviera más hacia dónde escapar,

Vanessa sacudió a Melissa con algo de fuerza y gritó: “¡DÉJAME DORMIR!”

Una sacudida fuerte para un bebé tan pequeño.

En ese momento el tiempo pareció detenerse y por unos segundos Vanessa no escuchó ni vio nada, solo sintió.

Sintió que el remordimiento se apoderaba de todo su cuerpo.

Y cuando pudo volver en sí, Melissa lloraba más todavía y la miraba como si fuera un monstruo.

Y así fue como se sintió Vanessa... UN MONSTRUO.

En ese momento, Eduardo tomó a la niña en brazos y le dijo:

“Te amo, pero ya no te reconozco. Desde hoy duermo en el sofá y solo no me voy de casa porque tenemos que cuidar a nuestra hija. No me consideres más tu marido”.

vanessa crying bebe dorminhoco

Cuando salió y cerró la puerta, todavía podía escuchar a la niña llorando, pero ahora Vanessa también lloraba.

Se arrodilló en el suelo como si no le quedaran fuerzas, como si pidiera perdón divino y ayuda divina también.

Lloraba como un niño...

Lloraba como Melissa...

Pero en el caso de Vanessa, no tenía a nadie que la pudiera consolar.

Ni siquiera su marido.

Vanessa no durmió, pasó la noche mirando hacia arriba y preguntándose cómo iba a resolver todo eso.

Salió el sol y lo primero que hizo Vanessa fue levantar a su hija en brazos y prometerse,

a ella misma, a su marido y a su hija, que eso nunca más volvería a suceder.

Eduardo, más tranquilo, la alentó a buscar ayuda.

Vanessa no era así, pero el estrés y la fatiga la habían convertido en alguien que ni siquiera ella misma conocía.

Se sentaron a la mesa de la sala y buscaron en internet a alguien que los pudiera orientar.

Encontraron una publicación de Instagram con un reportaje sobre el proyecto Bebé Dormilón y decidieron ver qué era.

Conoció un abordaje distinto a todo lo que había visto y decidió intentarlo.

Con calma fue aplicando el método y comenzó a ver resultados significativos la primera semana...

Cada hora más que Melissa dormía por la noche, cada siesta extra durante el día,

Vanessa agradecía y se sentía más feliz, más realizada.

Se sentía como la madre que siempre había soñado ser... Sencillamente feliz.

Pero solo logró esto después de comprender cómo funciona el sueño de un bebé, a través de un método práctico y diferente al que había visto nunca.

Aprendió a hacer que su hija durmiera bien.

O mejor dicho, aprendió a hacer que toda la familia durmiera bien.

Ya en los primeros días, el cambio en su hija era notable.

Y comenzó a ver cambios en su rutina, su estado de ánimo y, especialmente, en su matrimonio.

Eduardo y ella volvieron a hacer sus actividades juntos, se rieron juntos de nuevo, se convirtieron en marido y mujer nuevamente.

Se sentía más bonita y, por supuesto, él también la veía así.

Pero lo más importante:

¡Amaba a Melissa más que nunca!

La relación diaria con su hija cambió de la noche a la mañana. Sin mucho llanto, con muchas risas y juegos durante el día y sueño por la noche.

Era la segunda semana, un viernes a las 10 de la noche. Puso a Melissa en la cuna y se fue a dormir.

Poco después de despertarse, miró su reloj. Eran las 7 de la mañana del sábado.

¡Nunca en 3 meses había podido dormir una noche entera!

Además había soñado.

Y ahora soñaba despierta, porque vio que todo lo que siempre había querido como madre se hacía realidad.

¿Y sabes cómo me enteré de esta historia?

Porque recibí el siguiente correo electrónico de Vanessa...

email de depoimento da vanessa para karla bebe dorminhoco

Cuando terminé de leerlo, lloré mucho. No pude contener mi alegría.

Le contesté preguntando por su teléfono y nos reunimos para que me contara más sobre su historia.

Y así nos hicimos amigas.

Y me realiza ver que ayudé a Vanessa a entender cómo hacer dormir a su hija y transformar su vida.

Y ella entendió que no era algo que sucedería naturalmente, tenía que aprender para enseñarle a su bebé a dormir bien.

Me imagino que para ti tener un bebé que duerma bien suena como un “sueño lejano”.

Y por todo por lo que ya pasaste e intentaste, entiendo tu desconfianza.

Y mejor que decirte que el método funciona y puede cambiar tu realidad, es mostrarte historias como esta para motivarte a aplicarlo con ahínco.